Érase una vez… El Afeitado
Presumir de un afeitado impecable y cómodo, no es casualidad.
Esta perfección depende de la combinación de varios factores, pero no es, ni mucho menos, tarea imposible.
Dependiendo de tu vello facial, habrá muchos afeitados en tu vida. Miles de ellos quizá. Algunos té saldrán mal, otros, sin embargo, té darán una apariencia realmente buena pero otros muchos se quedarán en algún lugar intermedio entre los dos.
¿Quieres saber más acerca de tu afeitado? ¡No té vayas! ¡Sigue leyendo!
Tu aliada...tu rutina de afeitado perfecta
Si buscas un afeitado apurado, suave y sin irritación, debes recordar dos cosas: Despacito pero sin pausa.
Todo ello, complementado con productos específicos y diseñados para favorecer al máximo cada uno de los pasos del afeitado que té permitirán preparar la piel de manera continuada, afeitarla suavemente y tratarla después.
El primer paso será poner “el despertador” en nuestra piel.
Desde que comenzaste a afeitarte sabrás que el mejor momento para rasurarnos es durante las primeras horas del día.
¿Por qué? Porque los músculos de la cara se encuentran totalmente relajados. Pero ¡cuidado! porque nuestra piel también está más sensible e hinchada debido a la retención de líquido acumulado durante la noche.
Por ello, truqui WAO… Procura darle al menos 20 minutos a tu rostro para que regrese a su condición natural y tener una mejor superficie sobre la que trabajar.
¿Preparados?
Por supuesto. Antes del afeitado debemos limpiar nuestro rostro con un exfoliante, preferiblemente de granos suaves que ayude a remover la piel muerta y las impurezas.
Por ello, IMPORTANTE. Lo ideal es que inicies la rutina del afeitado después de una ducha caliente porque de esta forma los poros están más abiertos ya que se hace más sencillo el proceso.
Aplica la espuma o gel de tu preferencia.
Para facilitar el tránsito de la hoja sobre la barba, aplica algún tipo de espuma, gel , aceite o jabón con masajes en forma circular. De esta forma no solo repartiremos equitativamente por las zonas a tratar sino que también activaremos la microcirculación de la piel.
Deja actuar un par de minutos para ablandar al máximo los vellos y suavizar la piel. De esta forma, el proceso será mucho más sencillo y menos traumático protegiéndote de posibles irritaciones o sarpullidos.
Tómate tu tiempo en afeitarte
Esto forma parte de tu rutina diaria de aseo personal, así que debes tomarte el tiempo que sea necesario. Como decían nuestras abuelas “que las prisas no son buenas”.
Escucha a tu piel, si empieza a enrojecerse lo mejor es que te detengas y apliques más producto. Si todo marcha en orden desde la primera pasada, podrás realizar una segunda y esta vez en dirección contraria a la primera. Así tendrás un acabado más cerrado y duradero.
Las zonas delicadas, primero.
Empieza por el cuello, la región debajo de la barbilla y los laterales del rostro, ya que necesitas dedicarles tu máxima atención. En estas zonas la piel es un poco más delgada y por ende más propensa a cortadas e irritación.
Deja el último, para el labio superior o bigote, ya que aquí el pelo es más duro y nos conviene dejar que se empape bien de la crema de afeitar.
Recuerda….. la cara y la cuchilla siempre húmedas. Y termina tu afeitado con un aclarado con abundante agua fría para cerrar los poros y evitar infecciones. Dentro de los productos para el afeitado es conocido como el after shave.
Aunque después del afeitado tu piel parece más suave y tersa, necesitas hidratarla con un producto que contenga enzimas reparadoras. ¿Por qué? Porque acabas de realizar minúsculas cortadas que generan un daño importante sobre la piel.
Aplica el hidratante dos veces al día y procura esperar a que éste sea absorbido en su totalidad.
Y hasta aquí nuestras nociones básicas sobre el afeitado. Te invitamos a dar una vuelta por el universo WAO donde encontrarás los mejores productos para el afeitado.
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